Ver Patagonia 2007 - 10 de febrero en un mapa más grande
Quicaví – Dalcahue (Isla de Chiloé, X Región, Chile)
Distancia recorrida: 40 kmts.
Me desperté aproximadamente a las 7 de la mañana. Entre que desayuné un pan y frutas, y levanté mi campamento se me hicieron las 9. Di una última vuelta por la costa y busqué por allí la famosa cueva de los brujos, sin éxito. Tomé unas fotos y finalmente tomé el camino por el que había llegado.
En una hora retomé la ruta principal. Pronto llegaría al cruce que llevaba a Tenaún. Allí, al lado de la iglesia donde se estaba comenzando a celebrar misa, estaba Nicolas sentado bajo el sol. Esperando que pasar algún auto que lo lleve a Dalcahue. Charlamos un rato sobre nuestras respectivas peripecias y después pasé por un mercadito donde compré fruta, galletitas, pan y mermelada. Me senté junto a Nicolas a comer el pan con la mermelada de mora. Más tarde llegó un hombre en bicicleta con alforjas a preguntar si era recomendable pasar por Tenaún. Nicola le dije que no y nos pusimos a charlar con él. Se llamaba Daniel, era cardiólogo y tenía 53 años; y 10 de experiencia en cicloturismo. Era también de Buenos Aires, del barrio de Lanús. Como iba para el mismo lado que yo decidimos seguir juntos. Me despedí de Nicolas y arrancamos. Hasta Dalcahue el trecho sería el más complicado de todos, pues con el cambio de comuna desmejoró mucho la calidad del camino, llenándose de gruesas piedras, bancos de arena y tránsito pesado. A un par de horas Nicola pasó saludando desde un colectivo. Llegamos a Dalcahue a las 19 hs. Buscamos inmediatamente un camping, dejamos las bicis, nos duchamos con agua fría y salimos. En el camping vi la carpa de Nicola, pero él no estaba. Con Daniel fuimos a la catedral, donde daban un concierto gratuito de una orquesta de metales. Allí cayó más tarde Nicolas con sus bolsas de compras y se instaló un rato a nuestro lado a escuchar, aunque en seguida volvió al camping a cocinarse su cena. Cuando terminó el repertorio volvimos nosotros también y yo aproveché para lavar mi ropa. Daniel se lavó la suya y luego salimos con él y Nicolas a buscar un restaurante. Paramos en uno medio pelo donde comí ensalada de lechuga, tomate y pepino, y un plato de papas fritas. Daniel comió pescado y Nicolas tomó un vaso de vino. Ellos se fueron a dormir al camping y yo pasé por un locutorio a conectarme a Internet. Volví al camping y me acosté, pero tardé en dormirme por el gran ruido que allí había, perpetuado por sus típicos jóvenes residentes.
Me desperté aproximadamente a las 7 de la mañana. Entre que desayuné un pan y frutas, y levanté mi campamento se me hicieron las 9. Di una última vuelta por la costa y busqué por allí la famosa cueva de los brujos, sin éxito. Tomé unas fotos y finalmente tomé el camino por el que había llegado.
En una hora retomé la ruta principal. Pronto llegaría al cruce que llevaba a Tenaún. Allí, al lado de la iglesia donde se estaba comenzando a celebrar misa, estaba Nicolas sentado bajo el sol. Esperando que pasar algún auto que lo lleve a Dalcahue. Charlamos un rato sobre nuestras respectivas peripecias y después pasé por un mercadito donde compré fruta, galletitas, pan y mermelada. Me senté junto a Nicolas a comer el pan con la mermelada de mora. Más tarde llegó un hombre en bicicleta con alforjas a preguntar si era recomendable pasar por Tenaún. Nicola le dije que no y nos pusimos a charlar con él. Se llamaba Daniel, era cardiólogo y tenía 53 años; y 10 de experiencia en cicloturismo. Era también de Buenos Aires, del barrio de Lanús. Como iba para el mismo lado que yo decidimos seguir juntos. Me despedí de Nicolas y arrancamos. Hasta Dalcahue el trecho sería el más complicado de todos, pues con el cambio de comuna desmejoró mucho la calidad del camino, llenándose de gruesas piedras, bancos de arena y tránsito pesado. A un par de horas Nicola pasó saludando desde un colectivo. Llegamos a Dalcahue a las 19 hs. Buscamos inmediatamente un camping, dejamos las bicis, nos duchamos con agua fría y salimos. En el camping vi la carpa de Nicola, pero él no estaba. Con Daniel fuimos a la catedral, donde daban un concierto gratuito de una orquesta de metales. Allí cayó más tarde Nicolas con sus bolsas de compras y se instaló un rato a nuestro lado a escuchar, aunque en seguida volvió al camping a cocinarse su cena. Cuando terminó el repertorio volvimos nosotros también y yo aproveché para lavar mi ropa. Daniel se lavó la suya y luego salimos con él y Nicolas a buscar un restaurante. Paramos en uno medio pelo donde comí ensalada de lechuga, tomate y pepino, y un plato de papas fritas. Daniel comió pescado y Nicolas tomó un vaso de vino. Ellos se fueron a dormir al camping y yo pasé por un locutorio a conectarme a Internet. Volví al camping y me acosté, pero tardé en dormirme por el gran ruido que allí había, perpetuado por sus típicos jóvenes residentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario