Ver Patagonia 2007 - 28 de enero en un mapa más grande
Parque Nacional Arrayanes (Villa La Angostura, Neuquén, Argentina)
Distancia recorrida: 30 kmts.
Salí con mi bici al mediodía, dejando en el camping la carpa y el equipaje, excepto una mochila, y pasé por el supermercado, donde compré unas latas de conserva y palmeritas. Almorcé en una plaza y continué por la avenida Nahuel Huapí. Al llegar al puerto saqué unas fotos y pagué los $3 correspondientes a la entrada del parque. Me dispuse entonces a hacer el famoso recorrido. Al principio hubo un par de cuestas pronunciadas que me obligaron a bajar de bici y empujar; Incluso a cargarla sobre mis hombros, pero más adelante el camino se transformó en una montaña rusa, con un perfecto equilibrio entre subidas y bajadas.
Camino hacia el bosque de arrayanes
En hora y media llegué al bosque de los arrayanes, que está al final del recorrido, donde comí una ensalada primavera y la manzana que me quedaba, Luego emprendí el regreso. Las altas velocidades que alcanzaba en las bajadas, combinadas con la estrechez del sendero y los ocasionales peatones, me obligaban a mantener constantemente los dedos sobre los frenos, que por su desajuste y desgaste chirriaban como gato encolerizado, asustando a los transeúntes desprevenidos. En total me llevó tres horas completar el circuito, incluyendo descensos y el paseo peatonal por el bosque y el puerto (en esta parte no se permitían bicicletas por lo que tuve que dejarla atada y hacerlo a pie).
En el punto más alto del parque, con el lago Nahuel Huapí de fondo
Eran las 18 hs. y nuevamente me estaba picando el bagre, así que me dirigí a la estación YPF, donde hay una maquinita que provee agua caliente gratis, y me hice un té para tomar con mis palmeritas. Luego pasé otra vez por el supermercado para comprar los víveres que necesitaría en mi cruce andino próximo, y algo para la cena del día. Para esta opté por milanesas de soja, que hice después a la parrilla con papel de aluminio y acompañé con una ensalada y un jugo Baggio. En seguida me acosté y pronto me quedé dormido.
Salí con mi bici al mediodía, dejando en el camping la carpa y el equipaje, excepto una mochila, y pasé por el supermercado, donde compré unas latas de conserva y palmeritas. Almorcé en una plaza y continué por la avenida Nahuel Huapí. Al llegar al puerto saqué unas fotos y pagué los $3 correspondientes a la entrada del parque. Me dispuse entonces a hacer el famoso recorrido. Al principio hubo un par de cuestas pronunciadas que me obligaron a bajar de bici y empujar; Incluso a cargarla sobre mis hombros, pero más adelante el camino se transformó en una montaña rusa, con un perfecto equilibrio entre subidas y bajadas.
Camino hacia el bosque de arrayanesEn hora y media llegué al bosque de los arrayanes, que está al final del recorrido, donde comí una ensalada primavera y la manzana que me quedaba, Luego emprendí el regreso. Las altas velocidades que alcanzaba en las bajadas, combinadas con la estrechez del sendero y los ocasionales peatones, me obligaban a mantener constantemente los dedos sobre los frenos, que por su desajuste y desgaste chirriaban como gato encolerizado, asustando a los transeúntes desprevenidos. En total me llevó tres horas completar el circuito, incluyendo descensos y el paseo peatonal por el bosque y el puerto (en esta parte no se permitían bicicletas por lo que tuve que dejarla atada y hacerlo a pie).
En el punto más alto del parque, con el lago Nahuel Huapí de fondoEran las 18 hs. y nuevamente me estaba picando el bagre, así que me dirigí a la estación YPF, donde hay una maquinita que provee agua caliente gratis, y me hice un té para tomar con mis palmeritas. Luego pasé otra vez por el supermercado para comprar los víveres que necesitaría en mi cruce andino próximo, y algo para la cena del día. Para esta opté por milanesas de soja, que hice después a la parrilla con papel de aluminio y acompañé con una ensalada y un jugo Baggio. En seguida me acosté y pronto me quedé dormido.
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