Patagonia 2007 - 3 de febrero


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Frutillar – Puerto Varas (X Región, Chile)
Distancia recorrida: 31 kmts.

Salí del camping y di una última vuelta por la costa antes de disponerme a escalar la gran cuesta que conecta el Frutillar Bajo (en la costa) con el Alto. Después de una hora de haber salido del camping llegué a la ruta principal, la número 5. Mi intención era desviarme a mitad de camino entre Frutillar y Llanquihue hacia el este, tomando un camino costero de ripio que había visto en el Google Earth. Doblé entonces en la calle correspondiente y seguí hasta lo que yo había señalado en mi mapa como un paso a nivel. Cruzando un sendero angosto sobre las oxidadas vías y ascendiendo una empinada cuesta terminé en una calle sin salida que finalizaba en un cementerio olvidado. Retomé y enfilé por un camino que iba paralelo a las vías del tren y así avancé hasta un desvío que volvía a conectar con la ruta. Continué por esta, sin detenerme en Llanquihue, y en un par de horas llegaba a Puerto Varas. Luego de bajar rápidamente una cuesta, lo primero que hice fue buscar una casa de cambio. La que encontré abría a las 16 hs. y eran las 15:30, así que fui hasta la plaza principal a hacer tiempo. Me senté en un banco y a mi lado se ubicó un señor con un chupetín que me dio charla. Resultó ser evangelista, y en seguida comenzó con su sermón sobre Adán y Eva. En eso se me acerca otro tipo preguntándome si ando buscando camping. Le dije que sí y me ofreció uno a la vuelta, que cobraba 2000 pesos chilenos. El evangelista se fue y llegó otro que también me habló, pero cuando llegó su familia siguió caminando. Volví a la casa de cambio pero seguía cerrada. Pronto recordé que era domingo.

Día del Kuchen en Puerto Varas

Pasé entonces por el casino, donde cambié 20 euros (no en fichas sino en pesos chilenos, ya que allí funcionaba una casa de cambio). Me dirigí pues al camping que me habían promocionado y me instalé. Luego de bañarme salí a hacer las compras. Del supermercado pasé por un cibercafé y merendé mientras chateaba con mi familia y respondía mails. Tragué mucho y muy rápido, por lo que comencé a sentirme mal. Volví rápidamente al camping con la intención de entrar cuanto antes el baño, pero estaba ocupado. Cayó la noche y seguía ocupado (era uno solo, el “camping” no era otra cosa que una casa particular con un pequeño parque donde se armaban las carpas). Dentro de mi carpa comenzó a revolvérseme el estómago. Saqué mi jarra de metal y vomité en ella mi merienda; jugo Ades y galletitas. Luego salí y eché el líquido en los pastizales. Quería también cagar, pero el baño seguía ocupado, así que no tuve otra opción que… usar el jarro. ¡No, mentira! Hice mis necesidades en el fondo de la casa. Que se jodan por no tener una infraestructura adecuada. Volví a la carpa y me dormí, sin cenar.

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