Ver Patagonia 2007 - 6 de febrero en un mapa más grande
Ruta Nº 5 – Pargua (X Región, Chile) – Chacao – Caulín (Isla de Chiloé, X Región, Chile)
Distancia recorrida: 23 kmts.
Me desperté al mediodía y me fijé cómo estaba Ro. Seguía durmiendo. Lo trasladé a una caja más pequeña que envolví con una malla de red de las zanahorias. Levanté campamento y seguí viaje. En una hora llegué a Pargua, desde donde estaba partiendo un transbordador a Chiloé. Me subí y saqué a respirar el aire de mar a Ro. A los costados de la embarcación nos seguían unos juguetones lobos marinos que saltaban fuera del agua dando piruetas, y por el cielo, pelícanos.
Cruzando el canal de Chacao, hacia Chiloé
En veinte minutos llegamos a la isla y me cobraron 1500 pesos correspondientes al embarque de la bicicleta. Comencé a bordear la costa y paré en una casita donde funcionaba una fábrica de empanadas, donde me comí tres de manzana, bastante grandes, con té. Seguí y pasé por el departamento de información turística, donde me quedé conversando un rato con las chicas que atendían, que me dieron mapas. Les presenté a Ro y me recomendaron que lo dejara en una reserva que había unos kilómetros más al sur. También me dieron recomendaciones para mi recorrido; me dijeron que pase por Caulín y San José antes de bajar por el camino costero. Salí de allí entonces en dirección a Caulín. Luego de algunas cuestas pronunciadas, arribé en poco tiempo al lugar, que más que pueblo son sólo un par de casas sobre la costa. Di una vuelta por la playa y tomé fotos.
Dejando huella en la playa de Achao
Busqué un lugar donde acampar. Encontré un sector que parecía apropiado sobre la costa, lejos de la marea. Armé allí mi carpa. Ro parecía seguir durmiendo, pero cuando lo tocaba ya no se movía ni temblaba tanto. Le dejé más zanahoria picada por si a la noche le daba más hambre y me dormí.
Distancia recorrida: 23 kmts.
Me desperté al mediodía y me fijé cómo estaba Ro. Seguía durmiendo. Lo trasladé a una caja más pequeña que envolví con una malla de red de las zanahorias. Levanté campamento y seguí viaje. En una hora llegué a Pargua, desde donde estaba partiendo un transbordador a Chiloé. Me subí y saqué a respirar el aire de mar a Ro. A los costados de la embarcación nos seguían unos juguetones lobos marinos que saltaban fuera del agua dando piruetas, y por el cielo, pelícanos.
Cruzando el canal de Chacao, hacia ChiloéEn veinte minutos llegamos a la isla y me cobraron 1500 pesos correspondientes al embarque de la bicicleta. Comencé a bordear la costa y paré en una casita donde funcionaba una fábrica de empanadas, donde me comí tres de manzana, bastante grandes, con té. Seguí y pasé por el departamento de información turística, donde me quedé conversando un rato con las chicas que atendían, que me dieron mapas. Les presenté a Ro y me recomendaron que lo dejara en una reserva que había unos kilómetros más al sur. También me dieron recomendaciones para mi recorrido; me dijeron que pase por Caulín y San José antes de bajar por el camino costero. Salí de allí entonces en dirección a Caulín. Luego de algunas cuestas pronunciadas, arribé en poco tiempo al lugar, que más que pueblo son sólo un par de casas sobre la costa. Di una vuelta por la playa y tomé fotos.
Dejando huella en la playa de AchaoBusqué un lugar donde acampar. Encontré un sector que parecía apropiado sobre la costa, lejos de la marea. Armé allí mi carpa. Ro parecía seguir durmiendo, pero cuando lo tocaba ya no se movía ni temblaba tanto. Le dejé más zanahoria picada por si a la noche le daba más hambre y me dormí.
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