Patagonia 2007 - 10 de enero

Quila-Quina (San Martín de Los Andes, Neuquén, Argentina)

Primero me bañé y luego desayunamos con mi amiga. Salimos hacia el camping del A.C.A., donde me registré por $15 y armé mi carpa. Después fuimos al supermercado “La Anónima” (el más grande en San Martín de los Andes) a comprar provisiones para nuestra excursión. Yo adquirí un par de bananas, un par de manzanas y una leche de soja. Nos dirigimos hacia el puerto, donde sacamos los pasajes a Quila-Quina ($25 ida y vuelta) y en diez minutos ya estábamos arriba de la lancha. Arribamos en media hora, y caminamos en dirección oeste en busca de playas más aisladas que las del puerto. Luego de caminar un rato encontramos el lugar ideal. Apoyados sobre un tronco almorzamos cada uno sus alimentos. Más tarde quise explorar y meter las patas en remojo, así que me alejé unos metros.

En el lago Lácar

Volví y recogimos nuestras cosas dispuestos a bordear el lago hacia nuevos horizontes. Caminando y sacando fotos, llegamos, una hora más tarde, a una zona de pedregosos vados a los que Mariana no se animaba cruzar, por lo que tuve que pasar buen rato tratando de convencerla. Finalmente accedió; El agua estaba tan helada que los pies me dolían y sentía punzadas. Pasamos dos de estos vados y nos instalamos en las rocas. Prendí un fueguito y nos sacamos unas fotos.

Una fogata a orillas del Lago Lácar

El cielo aclaró y volvimos por el mismo camino hasta el puerto y tomamos otro sendero hacia una cascada. Como el mapuche usurero de la entrada nos quiso cobrar para verla, tomamos la ruta vehicular, que subía una larga cuesta. Allí arriba, cuando el gorjeo del agua denotaba la inmediata presencia de las cataratas, me asomé por el risco y apoyado sobre un árbol tomé unas fotos. Mariana miraba de lejos porque tenía miedo. Retomamos entonces el sendero hasta el puerto y nos tiramos en la playa. Mientras mi amiga permanecía en la playa yo me fui a nadar al lago y ella me fotografiaba. Más tarde paramos en el restaurant del puerto donde merendamos; Mariana un panqueque de dulce de leche y yo un té.


El puerto de Quila-Quina

Esperamos hasta las 22 horas, y nos subimos al catamarán de regreso. Mi amiga partiría el día siguiente hacia Villa Traful, así que quedamos en reencontrarnos allí al día siguiente. La acompañé hasta su hostel, y luego pasé por un cibercafé para comunicarme con mi familia. Después caminé hasta el camping, donde sin más vueltas y sin cenar, me metí en la carpa y me dormí.

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